Una
mirada detectivesca en el supermercado
Miguel
Martínez
mludus1@interred.net.co
Julián Betancourt
Museo de la Ciencia y el Juego, Universidad Nacional de Colombia
Colombia
La
decisión de escoger los productos en un supermercado que terminan
guardados en nuestros gabinetes de baño, en las alacenas de
nuestras cocinas y en los estuches de maquillaje usualmente no se
ve atravesada por criterios que pudiéramos llamar “sanitarios”
o que obedezcan a procesos reflexivos o racionales debidos a una posible
“alfabetización tecnológica o científica”.
Esa información que merece toda nuestra atención paradójicamente
casi termina volviéndose invisible por cuenta del espacio,
el lugar y la densidad que se le concede al diseño publicitario,
que va dirigido a motivar los oscuros resortes psicológicos
que determinan el consumo.
En
el taller se discute la clase de información que debe tener
cada uno de los productos, así como se hacen ejercicios respecto
a la información consignada en las etiquetas de las medicinas
y demás productos que compramos en un supermercado.
En
una hoja de papel hemos aprendido a leer y escribir, a sumar y restar,
a construir aviones y barcos, a dibujar, a expresar alegría
y tristeza, amores y desamores, Con una hoja de papel hemos jugado
y los momentos de gloria y tragedia los hemos consignado siempre en
una hoja de papel.
En
esta ocasión utilizaremos hojas de papel para realizar viajes
por los mundos de la percepción y de la física de tal
manera que los colores y los sonidos aparecerán en las actividades
a realizar. Si el tiempo alcanza se recreará una pequeña
narración con los sonidos del papel de forma similar a como
se hacían las radionovelas hace unas décadas.
En
1744 Pierre-Louis Moreau de Maupertuis postula que la naturaleza opera
siempre con la máxima economía posible y enuncia su
famosa ley de la mínima acción.
En
este taller, dada la restricción del tiempo, sólo se
trabajará el caso de las burbujas. Allí aparecerá
la economía de medios y también lo hará el juego.